Desde la Hermandad, damos la
bienvenida a todos los niños que desde diferentes partes del mundo, vienen a
pasar unas vacaciones en paz, entre nosotros, da igual el color de su piel, su
idioma y hasta su religión.
Nosotros que tanto nos quejamos,
que hablamos de lo mal que estamos, de la crisis…. Si miramos solo a unos kilómetros
de nuestras casas, vemos que el simple hecho de tener luz o agua es un auténtico
lujo, o tener un médico, una farmacia….un trozo de pan.
Démosle la bienvenida y
felicitemos a esos padres de adopción para que no desfallezcan en su empeño;
allí arriba Dios, que todo lo ve, se lo agradecerá mucho mejor que nosotros.