11 de febrero de 2013

17 SIGLOS DEL EDICTO DE MILÁN

LA LIBERTAD RELIGIOSA

17 SIGLOS DEL EDICTO DE MILÁN

Hace mil setecientos años comenzaba la complicada y contradictoria andadura de la libertad religiosa. Su inicio se debe al Edicto de Milán. El documento sigue dando de qué hablar, mientras se abren celebraciones conmemorativas en varias ciudades europeas.

El Emperador Constantino y su madre Santa Elena

¿Cómo sería Europa sin la libertad religiosa? A esta hipotética pregunta sólo se le puede dar una hipotética respuesta. Lo que sí sabemos es que la libertad religiosa comenzó su andadura con la promulgación del Edicto de Milán, en febrero del año 313. Era también el inicio de la laicidad, un principio que ha experimentado aún más contradicciones y que, con frecuencia, hoy día sigue sin entenderse.

El histórico texto, firmado por los emperadores del Imperio Romano de Oriente y de Occidente, Constantino Augusto y Licinio Augusto, en la versión que nos ha llegado, concedía, “ tanto a los cristianos como a todos los demás, la facultad de seguir libremente la religión que cada cual quiera “. El Edicto determinaba que “ a nadie le sea negada la facultad de seguir libremente la religión que ha escogido para su espíritu, sea la cristiana o cualquier otra que cera más conveniente “.

El Edicto fue promulgado dos años después del fin de la gran persecución de inicios del siglo IV contra los cristianos, desatada por el emperador Diocleciano, junto con Galerio, en un intento de restaurar la unidad estatal, amenazada, a su entender, por el fuerte crecimiento del cristianismo. Entre otras cosas, el emperador había ordenado demoler las iglesias de los cristianos, quemar las copias de la Biblia, entregar a muerte a las autoridades eclesiásticas, privar a todos los cristianos de cargos públicos y derechos civiles, obligar a los fieles a realizar sacrificios a los dioses bajo pena de muerte, etc.

Después de derrotar a Majencio en la famosa batalla del Ponte Milvio, en Roma, Constantino se reunió en Milán con el emperador de Oriente, Licinio, entre otras cosas para afrontar la suerte de los cristianos. El resultado de este encuentro es lo que se conoce como el Edicto de Milán, aunque tal vez no existió un edicto como tal promulgado en Milán por los dos emperadores. Pudo tratarse de un mero acuerdo. El texto nos ha llegado por una carta escrita en el año 313 a los Gobernadores provinciales, que recogen Eusebio de Cesarea ( Historia Eclesiástica 10,5 ) y Lactancio ( De mortibus persecutorum 48 ).

En la primera parte se establece el principio de libertad religiosa para todos los ciudadanos y, como consecuencia, se reconoce por tanto a los cristianos el derecho a gozar de dicha libertad. En la segunda parte, se decreta restituir a los cristianos sus antiguos lugares de reunión y culto, así como otras propiedades, que habían sido confiscadas por las autoridades romanas y vendidas a particulares en la anterior persecución.

Lejos de dar al cristianismo un lugar preferente, el Edicto parece más bien procurar la benevolencia de la divinidad en todas las formas que se presentara ( lo que en la tradición romana tenía bastante peso ), en clara consonancia con el sincretismo propio de aquellos años y con el que al parecer practicaba Constantino. Aunque el emperador beneficiaba a la Iglesia con esta decisión, continuó por un tiempo dando culto al Sol Invicto.

En cualquier caso, el paganismo dejó de ser la religión oficial del Imperio Romano y el Edicto procuró los cristianos la misma libertad que la que gozaban todos los demás ciudadanos. Desde ese momento, la Iglesia pasó a ser una religión lícita y a recibir reconocimiento jurídico por parte del poder político, lo que permitió un rápido florecimiento.


Batalla de Ponte Milvio, de Constantino contra Majencio
Obra de Giulio Romano. Museos Vaticanos

Una importante celebración para la Iglesia:
El Edicto de Milán 313 – 2013, ¿un cimiento para la libertad religiosa y la creencia ?

El 18 de enero de 2013 comenzaron en Serbia, cuna de Constantino, las celebraciones para recordar el Edicto de Milán del año 313. El acto de inauguración tuvo lugar en el Teatro Nacional de Niš ( antigua ciudad natal del emperador ), con un concierto y una serie de actos en el que también participaron el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia ( Ireneo ) y el Jefe del Estado ( Tomislav Nikolic ).

La importancia de este decreto para la libertad religiosa en nuestros días fue ratificada en un Congreso Internacional por teólogos europeos de diferentes confesiones cristianas, así como por representantes islámicos y judíos, celebrado también en Serbia entre el 2 y el 5 de mayo de este año. El lema de este Congreso deja clara la postura: El Edicto de Milán 313 - 2013, ¿ un cimiento para la libertad religiosa y la creencia ?

El Congreso, organizado por el Patriarcado de Serbia ( que considera a Constantino como semejante a los apóstoles ), concluyó con un documento final que impulsa y profundiza en la actualidad del Edicto por ser un verdadero camino ecuménico ( es decir, de unidad ), ya que es anterior a las distintas separaciones y cismas de la Iglesia.

En este marco, llegó a proponerse una posible visita de SS. Benedicto XVI a Serbia y de un encuentro entre el Papa y el Patriarca Ortodoxo de Moscú, cabeza de la Iglesia cristiana ortodoxa más numerosa.

Aún así, lo más importante de todas estas celebraciones es que van a servir para una defensa común de la libertad religiosa, tan necesitada en nuestro mundo actual. “ Las ideas que, en el contexto histórico – social, han inspirado al Edicto de Milán deben ser tomadas como punto simbólico de partida “, sugieren las conclusiones del Congreso serbio. Esta es la gran importancia de esta celebración que cumple este año 1700 años, pues a pesar del tiempo, Europa y otros lugares del mundo, siguen padeciendo la falta de libertades y la manipulación de los asuntos religiosos. Por ello, el Congreso ha pedido “ crear un marco jurídico universal para asegurar el respeto de los derechos humanos en el campo de la libertad religiosa “.

En un punto más cercano a nosotros, en Milán, las celebraciones están en su apogeo. Señalamos entre estas una magna exposición y la Carta Pastoral del cardenal milanés Al descubrimiento del Dios cercano, que insiste en la importancia de la efeméride para seguir apostando por la presencia de Dios y de sus símbolos en los espacios públicos y en la necesidad de mostrarnos fuertes para defenderlos dentro de nuestros sistemas democráticos. ( J.C )




Constantino entrega Occidente a la supremacía de la Iglesia
Detalle de la iglesia de los Cuatro Santos Coronados ( Siglo XIII, Roma )

Nuestra Hermandad y la celebración del Edicto del año 313

No se trata de una simple coincidencia que la Iglesia Católica celebre a lo largo de este año lo que ha venido en llamarse el Año de la Fe. Ya hemos referido la importancia de expresar nuestras creencias de la manera más natural y respetuosa, profundizando en nuestra Fe y en nuestro compromiso con la Iglesia, la Parroquia y el resto de personas que nos rodean.

La Hermandad de la Soledad de La Algaba ha querido comenzar las obras de su capilla precisamente en este año. Se trata de una demostración de entrega y de generosidad, de sabernos parte de la Iglesia y de apostar por el respeto y los valores cristianos que defendemos.

De esta manera nuestra Hermandad se suma a la celebración del aniversario de los mil setecientos años del Edicto de Milán ( 313 – 2013 ), respondiendo a la invitación que nos hace la Iglesia, de manera especial en este año, de una “ auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo “ ( Carta Apostólica Porta Fidei 6 ). Mediante la construcción de un nuevo templo en La Algaba, la Hermandad apuesta por crear un espacio de comunidad y por la “aspiración a confesar la Fe en plenitud y con renovada convicción, con confianza, con libertad y esperanza “. Se trata de una gran oportunidad para potenciar la celebración de la liturgia y de la Eucaristía en nuestro pueblo, que es “el culmen hacia el que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de la que emana toda su energía “ ( Sacrosantum Concilium 10 ).


Nuestra Hermandad tiene la celebración de la Eucaristía como el motor de toda su actividad