28 de mayo de 2012

Añoranzas...

Hay una rosa escondida entre el Compás y la Plaza y es la flor elegida de este jardín celestial, lleva por manto la noche cuajada de estrellas y hojas y en su corona brilla el poderío de su nombre, tiene por saya la constelación de los destellos y hay en su boca un nombre que se escapa entre los labios. Tiene un mar de olas con marejada de encajes y calma de rostrillo y me enseñaron a abrazarla cuando era un chiquillo…




Es la gota que resbala en el rocío de la mañana, Reina desde su paso de plata para llevarla entre piropos y tiene mil infinidad de soleanos que a sus plantas la acompañan, es Madre de los sueños que se engarzaron en sus ojos y hay un filo de espada que nos está hiriendo el alma, cuando llega traspasada por el luto de su pena, que en su Soledad es algabeña y es de la gloria la primera, el dulce consuelo de Sus llagas de martirio, de este pueblo el delirio cuando se sueña su cara. Tú eres la primera que aprendí a querer hablándote y fuiste mi compañera en el silencio de las plegarias. Ahora viene Tu poderío, alzada entre dorados laureles, que Tu eres la noche en calma, la estrella de silencio, el imperial de luto, el pañuelo y sus lágrimas, la noche despejada, el viento sin alma, la quietud del dolor, el suspiro callado, la canción del amor, el altar dorado, Aquí tienes mi oración , Tú mi primera Madre:



Noche de luto y traspaso
te cantan campanilleros
que eres luz en el ocaso
y Soledad de un pueblo entero.


Ahora ya esta cantada la prueba de mi amor y tu Soledad corre por mis venas, como lo ha hecho siempre, he vuelto a ser aquél niño que venía a rezarte y a estar a Tu lado y como te rezaba en el silencio, en el silencio me marcho, no sé si fui terciopelo, o pude llegar a ser nazareno, no sé si arcabucero de los tercios del cielo o el fiel vinatero que cuida sus viñas, no sé si el dorado, o la negra cera, si el angelito llorando o el muñidor anunciador, si la celosía escondida o la piedra callada, si la luna brillante o el sol de mediodía, si el resplandor de antes o la corona de hoy, si la espina o la potencia, si el Viernes Santo o el Fraile, pero sé que en silencio te llamaba y en silencio voy a seguir hablándote, ahora que ya es un nuevo Domingo de Resurrección y el azahar está preparado… ahora y en el silencio le digo al mundo entero que soy soleano que te quiero… Tú y yo como siempre, Tu mi Madre y yo tu nazareno.