15 de septiembre de 2011

Festividad de la Virgen Dolorosa



Cuentan algunas crónicas que la liturgia de la celebración de los Dolores de la Virgen es de origen alemán. En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Virgen Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos servitas (que seguían la regla de San Agustín) celebraron en esa fecha la fiesta de los Dolores de la Virgen, fiesta que el Papa Pío VII extendió a toda la Cristiandad en 1814.


Paralelamente a estas celebraciones, se desarrollaba en España el culto especial a la Virgen Dolorosa. Entre las renovaciones litúrgicas promovidas por el Concilio Vaticano II, se estableció que se suspendieran las festividades duplicadas a lo largo del año. Como la festividad de Virgen de los Dolores hasta entonces se celebraba ocho días antes del Viernes Santo y además el 15 de septiembre, se suspendió el viernes de Dolores y quedó el 15 de septiembre como única fecha de conmemoración, aunque por costumbre se sigue celebrando el viernes de Dolores como festividad de la Virgen Dolorosa, sobre todo en el ámbito de los actos y celebraciones de la Semana Santa en España y los países hispanos de tradición religiosa católica.
 


En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de la Virgen Madre, y por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en honor a sus cinco dolores durante la Pasión. Más adelante, las penas de la Virgen María aumentaron a siete, y no sólo comprendieron su marcha hacia el Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María, se les autorizó para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de septiembre de todos los años.
 

La festividad se centra en los siete dolores de la Virgen que son:

1. La profecía se Simeón
2. La huida de Egipto
3. El niño Jesús perdido en el templo
4. Encuentro de Jesús y María camino del Calvario
5. La Crucifixión
6. El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz
7. El entierro de Jesús


La Virgen salía con el Sol a sus espaldas
hecha la tarde marea  tras la Reina de La Algaba
bendición de la candelería que está llorando su plata
con llanto de cera que le saltaban las lágrimas
Al mismo compás  de los duendes de de su mirada.

La Soledad venía como el Señor por su casa
por el Compás, de frente  mira si la calle es ancha
que se estrechaba a su paso , enmudecía ante sus plantas.
La tarde tenía un sabor de añeja y dorada estampa
El cielo se confundía entre estrellas de plata 
Capirotes alargados De las túnicas románticas.

                              Majestad en su Teología de saber como se anda
Sobre una alfombra de piropos que no necesita palmas
ni cerradas ovaciones ni saetas adaptadas
ni otra emoción contenida que no sea el ay –sin palabras-
que al ver a la Soledad, sale de dentro del Alma.









 



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