En la noche de ayer el grupo de camareras y vestidor
procedieron a vestir a la Virgen de la Soledad. Para esta ocasión se ha puesto
a la Virgen el nuevo manto que ha bordado el taller de la Hermandad.
Muy orgulloso tenemos que sentirnos de que las manos
de nuestras madres sean las que hacen posible estas obras maestras. Banda
y banderola del Resucitado, saya y nuevo manto para la Señora de la Soledad.
Todo realizado por el amor a una madre, labor callada y silenciosa día a día,
puntada a puntada, derramando entre el oro, hasta la sangre de sus dedos de los
alfilerazos al bordar, sangre de mujeres soleanas que trabajan por y para la
hermandad sin esperar nada a cambio.
Para ellas nuestras felicitaciones y ánimos.