Como el anuncio de la mejor de las primaveras, en la casa hermandad, empiezan a florecer las flores de cera que el corazón y las manos de soleanos elaboran para la Señora año tras año. Trabajo oculto, que llena de alegría la tarde del Sábado Santo, cuando convertidas en ramos impresionantes empiezan a ser regalo para la Madre de Dios, y que en la jubilosa mañana de Pascua es motivo de asombro por la maestría adquirida en emular a la naturaleza , y dar más esplendor, si ello es posible a la que es Honra de los algabeños y orgullo de los soleanos.
Delicadas y exquisitas manos, dan forma, pétalo a pétalo, flor a flor a esa sinfonía y derroche de arte para que en la mañana de Resurrección hagan compañía a la virgen de la Soledad.
Maestros de la cera rizada para su Reina.
La freidora donde se calienta la cera que después se convierte en flores para la Señora
Las semillas
Maestros de la cera rizada para su Reina.
La freidora donde se calienta la cera que después se convierte en flores para la Señora
Las semillas