En su capilla, cual novia vestida de blanco, se encuentra de besamanos la Señora de La Algaba...su mano extendida, esperando el beso de amor y pleitesía que el pueblo, rendido ante su belleza, deposita con fe y veneración a la que es honra de los algabeños y orgullo de los soleanos; báculo de Dios y puerta del cielo
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