El pasado viernes recibimos a N.H.D. Manuel Lara Diaz, como nuevo hermano número uno de la Hermandad; fue durante la función a San Francisco de Asís.
TEXTO ÍNTEGRO DEL DISCURSO DE BIENVENIDA:
DISCURSO
CORRESPONDIENTE AL NOMBRAMIENTO DEL NUEVO
HERMANO NÚMERO
UNO - DON MANUEL LARA DÍAZ - 4 OCTUBRE 2.013.
Veinticuatro
Febrero dos mil trece. Miguel García Romero, en una silla de ruedas que llevan
tres ángeles, Isabel, Francisca y Dolores, presta su último servicio a la
Hermandad, presidiendo frente a La Soledad y junto al Hermano Mayor el Acto en
que se coloca la primera piedra de lo que, cuando Dios así lo quiera, será la Capilla
de La Soledad. ¡Imposible resumir el trayecto de tan distinguido cofrade!
¡Preludio, la
Secretaría que dirigía desde su casa! ¡Realidad, nuestra oficina de ahora!
¡Baste decir, simplemente, que a su generación debemos lo que hoy somos! Pero
los “soleanos”, en ya dilatada historia, siempre han tenido quien desde sus
vivencias, experiencias y trabajo les guíe y estimule. El cofrade, entre triste
e irónico, refiere “ser el número uno significa que soy más viejo. Pero… ¿y el
honor que supone? ¡Es el mayor orgullo para cualquier nazareno!” ¡Pletórico y contundente
se muestra afirmando que un puñado de algabeños, Zapico, José Carbonell, Cano,
y tantos otros que anónimamente trabajaron, comenzaron a levantar la Hermandad
cuando nada teníamos! ¡Quisiera recordarlos a todos, pero le falla la memoria!
¡Lo primero, la peana del paso! ¡Para posar a La Señora! ¡Todo se compraba a
plazos! ¡Tesorero incansable, donde nada había que atesorar ni administrar!
¡Participaciones de dos pesetas para la Lotería de Navidad! ¡Innumerables rifas
y sorteos!
¡Recuerdo triste
pero inevitable, cuando les llegó el momento de ser relevados por los jóvenes
Oficiales! ¡Como contrapartida, su sangre corre entre nosotros a través de los
nietos, que son hermanos!
Siempre debemos
ser fieles a la Hermandad, no abandonándola, y mantenernos en continuo avance.
¡Esa palabra, “Hermandad”, lo dice todo! ¡Es su consejo para quienes ahora la
dirigen!
En la mesita de
noche, cuando acaba el día le reconforta el Cristo del Santo Entierro. Cuando
amanece, le saluda La Soledad. ¡Dos pequeños marcos aúnan sus devociones!
¡Porque no tiene preferencias! ¡Cristo y La Virgen! ¡A los dos quiere por igual!
¡Sin embargo,
ley de vida, llegó el momento! ¡Mira a tu alrededor, Manuel! ¡Aquí está la
Hermandad de La Soledad! ¡La Hermandad a la que ahora tú abanderas! ¡A este
humilde orador cabe la satisfacción de anunciarlo! ¡Descansa en la gloria
eterna, Secretario Don Miguel García Romero! ¡Bienvenido, Tesorero Don Manuel
Lara Díaz, Hermano Número Uno!
¡Dios os guarde
y bendiga siempre, Nazarenos del Santo Entierro y La Soledad!